autor
Úrsula

Mi primer autobronceador. ¿Cómo aplicarlo correctamente?

¡Chicas! 

Siento una gran curiosidad por cuantas de vosotras usa autobronceadores regularmente, ya sea con bálsamos, toallitas o spray. 

Justo acabo de empezar a indagar en este mundo. Mismamente la semana pasada utilicé por primera vez una espuma bronceadora, así que me he animado a contaros mi experiencia. ¿Por qué? Porqué os aseguro que no es nada sencillo. En absoluto.

¿Por qué me decidí a autobroncearme?

Creedme cuando os digo que ni yo misma me creo que tomara esta decisión. Supongo que, en ocasiones, necesitas algo de tiempo para comprender como usar ciertos productos que a primeras parecen extraños. Te acabas dando cuenta que incluso los productos más extravagantes, usados de forma apropiada pueden conseguir unos resultados de película.

Un toquecito de bronceado puede resaltar tu belleza sutilmente; en mi caso, consigue disimular la diferencia de tono entre mis piernas y mis brazos, escote o cara. Es muy fácil detectar este contraste, especialmente después del invierno cuando tengo que usar pantalón largo para esconder el blanco de mis piernas. Así que me decidí a usar una espuma bronceadora hasta que nuevamente en verano consiga un bronceado natural.

Pero recibí un duro golpe de realidad cuando me di cuenta que crear un efecto bronceado no era tan fácil como pensaba. No solamente es importante el producto a utilizar, sino que también determinará el efecto final la manera en que lo apliques.

Autobronceadores. ¿Cuál deberías escoger? 

La pregunta clave es: ¿Cúal voy a utilizar?

Me temo que la respuesta no es nada sencilla, especialmente cuando tienes delante una estantería repleta de autobronceadores diferentes y no tienes idea alguna de cuál escoger. Creo que la decisión más acertada es tomar unos minutos para conocer los diferentes tipos y así facilitarnos la tarea. ¿Empezamos?

  • Toallitas autobronceadoras de un solo uso: son lo más sencillo dentro de la gama y vienen en paquetes individuales; son ideales para viajes.
  • Spray bronceador: es muy fácil de utilizar porque vienen con un pulverizador que distribuye el producto uniformemente por la piel. Se recomienda masajear la zona después de rociarlo (el efecto final se logra con 2 o 3 aplicaciones).
  • Bálsamo de autobronceado clásico: en función de su consistencia, pueden ser más o menos fáciles de utilizar, especialmente cuando te percatas que algunos bálsamos dejan marcas indeseadas en la piel cuando los distribuyes de forma irregular. Además, debes asegurarte de adecuar correctamente su efecto al tono de tu piel.
  • Bronceador de piernas: esto es una opción muy popular para el autobronceado, lo usan especialmente los famosos en sus eventos, ya que sus características son ideales; es fácil de repartir por la piel, no necesitas masajear para que penetre y sus efectos son visibles prácticamente desde su aplicación.
  • Espuma autobronceadora (mi preferida): puedes lograr un efecto bronceado casi instantáneo, pero también puedes usarlo para llegar a ese tono que buscas de forma gradual; lo más importante es que es ligero y no mancha la piel, lo cual lo hace que sea ideal para principiantes.

Obviamente, estos son solo los formatos más populares. Pero también existen geles, polvos o espumas, entre muchos otros.

¿Cómo aplicarse un autobronceador de forma adecuada? 

Pongamos que has logrado decidirte y escoger un autobronceador. Con esto, ya tenemos hecho un tercio de todo el trabajo. Ahora tienes que preparar tu piel para aplicar el producto de forma correcta, de manera que el bronceado parezca lo más natural posible.

Intentaré ir al grano.

Paso 1. Prepara tu piel para el autobronceado.

Lo primero y más importante, la piel que va a ser autobronceada no puede estar deshidratada. Una piel perfectamente hidratada es clave para un autobronceado balanceado y uniforme. Para ello, un día antes de tu sesión, deberías invertir algo de tiempo en tratar tu piel con un bálsamo hidratante de confianza. Y obviamente, antes de eso debes librarte de la piel muerta, por lo que previamente debes exfoliarte. Hay dos motivos por los que es importante seguir este orden; primero porqué una piel exfoliada absorbe y retiene el agua mejor y segundo, porqué este procedimiento ayuda a mantener tu bronceado a largo plazo.

Por supuesto, antes de aplicar el autobronceado también debes retirar cualquier residuo cosmético (cremas, bálsamos, aceites, fragancias, desodorantes y demás), ya que hay muchos números de que estos puedan interferir negativamente en el proceso. Podrías acabar con un bronceado irregular y nada natural.

Paso 2. La forma correcta de aplicar el autobronceado

Empieza por escoger el mejor momento del día para aplicarlo. ¡Ni se te ocurra hacerlo con prisa! Yo me reservé la tarde entera para lograr un efecto uniforme, ya que me daba mucho miedo que me quedaran marcas extrañas.

El segundo aspecto a tener en cuenta es qué usarás para aplicar tu producto. Ya, lo sé. Hay muchos artículos para esta labor, desde guantes, aplicadores especiales, esponjas, etc. Aun así, yo te recomendaría usar tus propias manos. Si lo haces estarás en control total y constante del producto, y es más fácil vigilar que lo repartes equitativamente. Si te molesta mancharte las manos, simplemente ponte unos guantes de goma.

Otro aspecto a mencionar es la cantidad. Cuánto menos, mejor. Es mucho más recomendable añadir algo de producto allá donde crees que lo podrías necesitar, que ir retirando los excesos. Con una fina capa debería ser suficiente.

Y ahora el quid de la cuestión, frotarlo bien. Debes hacer esto con sumo cuidado, parte por parte, empezando por los pies y acabando en la cabeza. Y ni pienses en saltarte alguna zona, o conseguirás un bronceado dispar. Y asegúrate de que no se acumulen restos en los pliegues. Confía en mí, esto es vital si quieres que el resultado final sea natural.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *